En esta oportunidad recorreremos el camino histórico del hachís. Partiremos preguntándonos ¿qué es el hachis? El hachís es un tamizado de tricomas, considerado por los europeos como un producto tradicional. Su historicidad es relativamente reciente en comparación con paises donde la producción del derivado del cannabis es verdaderamente ancestral.
Podemos decir que los marroquíes enseñaron a los locales cómo se elabora Hachís a partir de cannabis y cómo prepararlo para su exportación.
La historia del Hachís comienza con la llegada de viajeros occidentales procedentes de Asia y Oriente, estaríamos hablando que esto ocurría alrededor de los años 60’. Antes de los marruecos se fumaba Kief, que era un preparado de tabaco con cannabis picado, que se fumaba en largas pipas llamadas SEBSI, dato de color para los lectores.
Durante las últimas décadas Afganistán fue el mayor productor mundial, sin embargo el mayor productor o fuente de Hachís fue Marruecos.
Técnica tradicional del hachís marroquí
El fenotipo tradicionalmente cultivado en Marruecos por regla general incluye plantas de altura media y pobre desarrollo lateral, buscando de esta manera una producción en el tallo principal. Podemos hablar de las condiciones de cultivo algo que se podria calificar con frecuencia pobres, ya que los suelos poco fértiles, mucho calor y escasos riego no son lo apto para el cultivo.
La mayor parte de las plantas destinadas a la producción de hachís estaban completamente polinizadas, con un alto porcentaje de plantas hermafroditas (monoicas) en los cultivos. Era frecuente ver que las plantas se secaban a pleno sol (una agresiva técnica de secado que aún hoy utilizan muchos productores) y no se limpiaban antes del cribado (tamizado de tricomas en seco), dando como resultado un producto de mediocre calidad con gran cantidad de contaminantes.
Entonces, una vez secas, se preparaban unos recipientes abiertos a los que se sujetaba una tela/tamiz juyo fin era cubrirlas, se envolvía todo en una gran bolsa de plástico que no permitiera escapar la resina y se azota las plantas con varas para desprender las glándulas de resina, pasaban a través del tamiz y quedaban depositadas en el fondo de dicho recipiente, quedando un material resultante que era trabajado a mano o metido en envoltorios de celofán, pesado y en caso de ser necesario prensado con ayuda de una prensa industrial En ocasiones se prensaba el hachís en forma de pequeñas piezas ovoides, a las cuales se las conoce popularmente como bellotas o huevas (forma de prensar el hash quedando de un color más oscuro, debido a la presión que se le ejerce para darle forma.) y también podía tener diferentes formas para poder pasarlas sin ser reconocidas en el contrabando.
Ahora bien, las mejores calidades se reservaban para el consumo de los locales, mientras que desde el Rif (zona montañosa del noreste del país) el se exportaban decenas de toneladas de hachís comercial, como destino final el norte, a Europa, utilizando a España como puerta de entrada, a lo que se sumaba diversos puertos de Alergia. Los principales consumidores del producto marroquí han sido tradicionalmente España y Holanda, aunque podía y puede encontrarse en un gran número de países, tanto dentro como fuera de Europa. Más se dirige hacia el Este el hachís marroquí perdía importancia en favor del producto elaborado en otros países productores como Líbano, Afganistán, Nepal o India.
Sin lugar a dudas este producto ha podido subsistir, mejorar su forma de cultivo y obtención a través del tiempo y de las adversidades climáticas e históricas de cada lugar que hemos mencionado. Es interesante conocer el origen de un prensado que ha subsistido a través de los años.
