
Uno de los mayores desafíos al final del cultivo es saber cuándo cortar. Y aunque hay varias señales que pueden ayudarnos a decidir, el análisis de tricomas sigue siendo el método más preciso y confiable.
¿Qué son los tricomas?
Los tricomas son pequeñas glándulas que recubren las flores y las hojas de la planta. Allí se concentra la mayor parte de los cannabinoides y terpenos, responsables tanto del efecto como del sabor y aroma.
¿Por qué observar los tricomas?
Porque su aspecto cambia a lo largo de la floración. Dependiendo del color y la forma que tengan, podemos estimar el nivel de maduración de la planta y cosechar en el punto justo.
¿Qué herramienta necesito?
Una lupa de al menos 60x, o una microscopía digital portátil. Es importante hacer la observación con buena luz y en flores bien desarrolladas (evitar mirar hojas o zonas poco representativas).
Etapas de los tricomas:
🔍 Transparentes:
Tricomas jóvenes, aún en desarrollo. Si se cosecha en esta etapa, los efectos serán más suaves pero con menor potencia general.
🔍 Lechosos (blancos):
El momento óptimo para una cosecha equilibrada. El THC está en su punto más alto, ideal para un efecto potente, claro y estimulante.
🔍 Ámbar:
El THC comienza a degradarse y aparecen otros compuestos como el CBN. Produce un efecto más sedante y corporal. Recomendado para quienes buscan relajación o fines terapéuticos.
¿Qué pasa si hay tricomas mezclados?
Lo más común es encontrar una combinación de lechosos y ámbar. En ese caso, el cultivador debe decidir según el efecto deseado:
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Más lechosos = más psicoactividad
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Más ámbar = más cuerpo y relajación
Conclusión
Observar los tricomas permite tomar decisiones informadas sobre el momento ideal de cosecha. No se trata solo de cortar en el día 60 o 70, sino de entender lo que la planta nos muestra.
Si querés sacar lo mejor de tus flores, hacé zoom. Literalmente.